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Muchos viajeros que exploran la Toscana pasan por alto el encantador combo de la histórica Pistoia y el mágico Parque de Pinocho en Collodi, perdiéndose una excursión perfecta para familias. El desafío está en la logística: según datos turísticos regionales, el 78% de los visitantes reportan dificultades para coordinar el transporte entre estos destinos. Los padres suelen estresarse por mantener a los niños entretenidos con los sitios medievales de Pistoia antes de llegar a las atracciones del parque. Mientras tanto, los viajeros independientes pierden tiempo valioso descifrando horarios de autobuses cuando podrían estar disfrutando de los patios renacentistas de Pistoia o los jardines de cuento de Collodi. Así, muchos terminan optando por atracciones masificadas cuando estas auténticas experiencias italianas están a solo una hora de distancia.

Pistoia: el contraste cultural perfecto para el Parque de Pinocho
El centro histórico compacto de Pistoia ofrece el contraste cultural ideal para el divertido parque de Collodi, aunque pocos visitantes saben lo bien que se complementan. El barrio medieval de la ciudad, apodado 'Pequeña Florencia' por los locales, te sumerge en la auténtica vida toscana sin agobiar a los más pequeños. Los niños se entretienen buscando las columnas a rayas de la catedral o el juguetón jabalí de bronce en la Piazza della Sala, mientras los adultos admiran la arquitectura declarada Patrimonio de la Humanidad. La clave está en llegar antes de las 10am para disfrutar del bullicioso mercado matutino antes de las multitudes. El secreto local es usar el almuerzo como transición: las trattorias familiares cerca del Duomo sirven pasta pici, ideal para recargar energías antes del corto viaje a Collodi. Así saciarás tus ansias culturales sin perder la vitalidad para las exhibiciones interactivas del Parque de Pinocho.
Cómo moverte entre Pistoia y Collodi sin estrés
Los 30km entre estos destinos frustran a muchos, pero hay soluciones más allá de los caros taxis. Los autobuses locales (Línea 21) salen cada hora desde la Piazza San Francesco de Pistoia y te dejan en la entrada del parque en 40 minutos - compra los billetes en estancos para evitar recargos del 20% a bordo. Para más flexibilidad, los trenes regionales conectan Pistoia con la estación de Pescia en 15 minutos, desde donde un agradable paseo de 25 minutos entre olivares lleva a Collodi. Familias con cochecitos pueden usar el poco conocido servicio de lanzadera desde Pescia (junio-septiembre). Los viajeros inteligentes ahorran tiempo y dinero visitando entre semana, cuando hay más plazas de parking cerca del Jardín Garzoni en Collodi, ideal si alquilas coche.
Secretos del Parque de Pinocho: más allá de lo obvio
Mientras la mayoría corre hacia la estatua gigante de Pinocho o el laberinto, los que saben exploran la magia narrativa de Collodi. Ve después de las 2pm, cuando se van los grupos escolares y las sombras alargan las instalaciones del parque. No te pierdas la zona oculta 'Paese dei Balocchi', donde los niños reciben pasaportes para coleccionar sellos en estaciones interactivas - un recuerdo gratuito más valioso que los souvenirs. El cercano Jardín Garzoni ofrece entradas combinadas con descuento y grutas llenas de mariposas sacadas de un cuento. Los padres locales recomiendan dejar la exhibición de la panza de ballena para el final, cuando la imaginación infantil está al máximo. Los bancos tranquilos de la terraza superior son perfectos para descansar con vistas a las colinas toscanas.
Extiende tu día: joyas ocultas que muchos pasan por alto
El trayecto entre estos destinos esconde placeres secretos para quienes no tengan prisa. En Pistoia, la poco conocida iglesia de San Giovanni Fuorcivitas deslumbra con su púlpito de escenas bíblicas que fascinan a los niños. El histórico pueblo de Collodi, a menudo ignorado por el parque, sorprende con sus casas de piedra en cascada y talleres artesanales. Las tardes son ideales para visitar el Museo del Papel en Pescia, donde los niños crean sus propios Pinocchios. Quienes alquilen coche pueden desviarse por la pintoresca carretera SP436 hacia Vinci (cuna de Leonardo), pasando campos de girasoles y bodegas familiares con catas auténticas. Estos descubrimientos espontáneos suelen convertirse en lo más memorable del viaje, sin añadir coste ni tiempo significativo.